LOS AGRAVIOS DEL (DES)GOBIERNO

El conflicto que se vive en la ciudad de México, por el desabasto de agua, obedece más a cuestiones políticas que a problemas técnicos.

Las autoridades del (des)gobierno demuestran una vez más, recordemos la inundación a Villahermosa, que lo que menos les importa es la población. Con tal de conseguir sus objetivos electorales, económicos o de poder no les importa violar los derechos humanos de la gente, encarcelar activistas sociales, sumir en la miseria al 70 % de la población, cortar el suministro de agua, entregar los bienes de la nación a extranjeros, exonerar criminales, aliarse al narcotráfico, perseguir y asesinar periodistas, endeudar al pueblo con el FMI para rescatar a los empresaurios amigos, permitir el robo y saqueo de los bancos, incrementar el precio de los energéticos, destruir el campo mexicano, etc. Pero eso sí, cada domingo acuden a la iglesia para darle gracias a dios por gobernar a un pueblo ignorante, mediocre, sumiso y manipulable.

¿Cuánto tiempo pasará para que la gente tome conciencia y empiece a razonar?

En la historia de México nunca se habían conjuntado tantos agravios a la población como ahora. Nos cobran impuestos excesivos, recibimos malos tratos de las autoridades, los servicios de salud están peor que nunca, la corrupción es práctica de todos los días, la mentira como forma de gobierno se ha institucionalizado, la violación de las garantías individuales es cotidiana y sistemática, el robo y saqueo para beneficiar a unos cuantos es aplaudida por nuestros “representantes populares”, la marginación y discriminación de la población indígena es tarea común, la explotación de nuestros recursos minerales y forestales se ha incrementado de forma alarmante, la miseria de millones de mexicanos se ve como algo normal en un mundo globalizado, la educación es pésima, etc.

Espero, por el bien de todos los que habitamos el país, que ya tomemos conciencia y nos unamos para exigir que se cumpla la Constitución y se respete el Estado de derecho. Mientras no lo hagamos, prevalecerá la corrupción, el cinismo, la hipocresía, la violencia, la miseria y la impunidad que nos tienen sumidos en la más absoluta descomposición económica, política, educativa, alimentaria, cultural y social.

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